El 24 de Abril de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envió la siguiente información a la Agencia Nacional de Noticias, CIFRA.
Un fenómeno de gran belleza se ha podido observar en el cielo, estas pasadas noches, a unos cuarenta kilómetros de Manzanares y del que fueron testigos una brigada de trabajadores del servicio eléctrico de RENFE.
Una aurora boreal de pequeña dimensión y localizada en unos pocos metros cuadrados, apareció en el firmamento. En ella, aparecía la luna sobre un fondo por completo despejado de nubes y sobre ella, una gran cruz luminosa que simulaba fluorescencia, lo que hacía del fenómeno en sí, un cuadro de fuertes contrastes blanco sobre el negro del cielo, con un arco iris de fondo. El espectáculo, a decir de los que pudieron observarlo, era de una armonía colorista nunca vista y difícil de olvidar.
Este hermoso fenómeno, anterior a la madrugada, fue descubierto por el Jefe de la brigada del servicio eléctrico de Renfe, quien seguidamente lo comentó con el especialista Manuel Laguna González y demás compañeros. Todos quedaron sorprendidos de tanto resplandor y belleza, que tuvo una duración de más de una hora y que fue desapareciendo a medida que la luz del día iba entrando, hasta hacerlo por completo.
Los comentarios y estupor por haber presenciado tanta belleza, llegó a adquirir caracteres de fantasía entre el personal ferroviario y el mismo Jefe de Circulación, que no querían dar crédito a lo que estaban viendo. Este espectáculo fue visto en otras localidades próximas pero a más distancia, con menos intensidad y sin apreciar los detalles mencionados.
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