¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 9 de diciembre de 2018

190). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DE TARANTULAS…Y TARANTELAS.



Hoy toca, mi querido cronista, inicia D. Cosme el relato, hablar de algo curioso, que a ud, seguro le resultará atractivo…, pues es, junto a la que ya conocimos en un relato previo acerca del Azuer, una de las primeras veces que la prensa escrita nombra a Manzanares, y a gentes de este pueblo magnífico. 

La cita apareció en una gaceta muy afamada, el “Memorial literario instructivo y curioso de la Corte de Madrid”, a finales del Siglo Ilustrado, concretamente en Diciembre de 1787.., y es por eso que, resulta oportuno referirla ahora… Se trata de un documento elaborado en Manzanares por un ilustre paisano; en el cual, sigue D. Cosme, se da testimonio de ciertas habilidades de algunos de nuestros paisanos de finales del siglo XVIII, en lo que se suponía era mejor tratamiento de las consecuencias morbosas de la picadura de un arácnido, temible por aquellos tiempos: la tarántula… 

Pero, sigue D, Cosme, la cosa merece algo de historia sobre cómo estaba este asunto por entonces, y nada mejor para hacerlo que transcribir el citado informe, tal cual fue publicado, bajo el título de:… “DESCRIPCION DE LA TARANTULA, su picadura y efectos que causa, con las observaciones hechas hasta ahora por D. Vicente Aguilera, Cirujano titular de la Villa de Manzanares”.....y decía: 

“La tarantula es un animal venenoso de figura de Araña, con ocho patas algo pequeñas y gordas: el medio cuerpo de delante, (en el concepto común el mas venenoso) cuyo cutis se reconoce ser algo felpudo, o velloso, es pequeño y delgado, parecido al de una hormiga, y el posterior gordo y redondo: se diferencian entre ellas en el color, unas se hallan negras a semejanza de una uba tinta, y otras muy hermosas de diferentes colores á rayas, ya roxas, ya verdes; solo se crían en el campo en las hazas y sembrados, pues aunque se han visto algunas en las casas, esto proviene de haberse llevado entre leña, paja, etc,.. se encuentran en el suelo reconociéndose por una tela de Araña muy gruesa, que á su rededor está llena de diferentes insectos, o animalillos que matan para su alimento. En la estación del Estío, que se encuentran con facilidad a cada paso, son mas ponzoñosaa, y están tan irritadas, que los pobres labradores precisados a coger sus frutos van por sus sembrados con el mayor recelo, temerosos de la envenenada picadura de estos animales, que solo la executan en dicho tiempo, pues en el invierno no se halla ninguno, ignorándose su paradero. Tiene su nombre de la ciudad de Taranto en el Reyno de Napoles, en donde fue antes mas conocida, siendo tan común en ella la picadura de este animal, que se ha hecho costumbre el bailar el tono o son, que sirve para su remedio (llamado tarantela) en los saraos y funciones, lo que igualmente sucede en la Villa de Manzanares y en toda la Mancha, cuyos moradores lo bailan comúnmente habiéndolo aprendido por el uso de los pacientes picados. 

tarántula.

Las consequencias de esta picadura son sumamente peligrosas, dexandose reconocer el daño que en la maquina corpórea causa por los efectos que se han observado de 10 años a esta parte. Es tan activo y eficaz y pronto el veneno de este animal, que luego que pica, inmediatamente se quexa el paciente de un dolor vivísimo que se extiende por aquella parte, y se dilata al todo del cuerpo; se mueven seguidamente á nauseas y vomitos; el vientre se indispone de manera que quieren escrementar, y los nervios adquieren tal debilidad, e inacción, que cae el cuerpo sin poderse tener: acometenles incontinenti unas ansias ó congojas, como las que se padecen en la Idrophobia, y vienen a parar en un sopor ó letargo. Estos accidentes se verifican en el espacio de quatro ó seis horas; y en la parte picada ú ofendida se nota una elevación como una almendra á similitud de una roncha de color natural, y una pintica de color libido ó negro: interiormente siente un dolor muy vivo y eficaz, acompañado de un excesivo escozor en todas sus carnes que penetra hasta los dientes y uñas: les acomete en el instante calentura y un sudor tan frio que cotejado con el pulso, que algunas veces se advierte intermitente y pausado con gran prostracion de fuerzas, parece acelerárseles la muerte por instantes: pero por la práctica de muchos que en la Provincia de la Mancha han sido picados de 10 años a esta parte, se ha experimentado aliviarse y curarse este mal con la medicina tan estraña y particular como es la música con el son o tono llamado tarantela, cuyos efectos son los siguientes: Quando se hallan prostrados los pacientes en la cama, poseídos del sopor y total inacción, se les principia á tocar el referido tono, y se observa, en unos mas pronto que en otros, que empiezan á mover dedo, mano, pie, rodilla, ó cabeza; seguidamente va comunicandose aquel movimiento de combulsion por las extremidades, abren los ojos, se empiezan a desarropar, se sientan en la cama, y ultimamente se arrojan de ella, dirigiéndose al eco de la guitarra con la vista fixa al tocador, bailando sin perder un punto el compas, y avivándolo ó retardándolo según lo executa el tocador; de este modo subsiste hasta que para el tono, con la particularidad que algunos, luego que cesa este, dan en tierra precipitadamente: posterior al baile se vuelven á la cama y sudan copiosamente, suministrándoles alimento de quando en quando, el que por lo regular vomitan hasta pasados los dos primeros días de baile. 

Para que con mas prontitud curen se sigue tocándoles hasta que á beneficio de dicha medicina y su efecto, se empiezan a despejar, toman algún alimento con sosiego, y los mismos pacientes suplican les toquen la tarantela para recobrarse con más brevedad; de modo que el que no se restablece a los cinco ó seis días, muere sin remedio, como se ha verificado en la Villa de Valdepeñas que han muerto dos practicando la expresada medicina, lo que se atribuye á descuido, ó poco conocimiento del mal que padecían. Es tal la propensión o simpatía que les queda a los tarantulados á la música, que aun después de estar buenos, siempre que oyen tocar algún instrumento perciben tal gusto que se ven precisados á baylar si no se retiran; como sucedió a N. Calero (conocido con el nombre de Tarantela, y el primero que en Manzanares se vio picado) en la Función que en dicha Villa se celebra á nuestra Señora del Carmen que tuvo precisión de salirse de la Iglesia; y lo mismo sucedió a otro que estando tocando á un hermano suyo que se hallaba picado, se vio precisado a baylar y brincar, no obstante que él desde el año anterior se hallaba bueno. Aseguran que estos animales y en particular el que pica, si se trae y conserva en una redoma ó vaso, bayla y brinca quando se le toca al tarantulado, y muere luego que sana el enfermo...

Baile de la tarantella italiana.

Observacion
El día 22 de Julio de este año sintió Francisco Pozero una picadura en la boca del estomago, soltó lo dos haces de mies que llevaba y vió la Tarantula que le había picado; al instante notó un dolor muy intenso, que se extendió inmediatamente por todo el pecho y brazo izquierdo; empezó á vomitar; se le removió el vientre y al tiempo de regirle cayó inmóvil; acudieron los compañeros á llamarle; pero no respondia sino con mucho trabajo diciendo que era tan intenso el dolor que no podía sufrirlo; le conduxeron á su casa y le halló el expresado D. Vicente Aguilera con unas ansias de muerte, respiración fatigosísima, movimientos espasmódicos generales, sudor frio y copioso, ojos caliginosos, semblante quasi hipocrático, pulso a intervalos tardo y perezoso, ó acelerado y duro, y demostrando al parecer muerte violenta... Se principió a tocarle la tarantela, y al cabo de un rato empezó á menear la rodilla derecha, descubrió los brazos, meneaba la cabeza, y siguió moviendo el cuerpo hasta sentarse en la cama, echarse fuera de ella, y principiar a baylar con un compás y movimiento de pies tan particular y arreglado que ningún Maestro de bayle lo podía executar con mas perfección; al cabo de un rato se le restituyó a la cama, siguiendo toda aquella noche, aunque baylando y sudando con las mismas ansias de muerte, y sin poder tomar alimento por los continuados vómitos que le sobrevenían. Al día siguiente se hallaba mucho mas prostrado de fuerzas con una decadencia en el pulso muy grande, todo su cuerpo hierto, sin responder a nadie, aunque le diesen voces, é inmóvil, menos quando tocaban la guitarra que exercia las fuerzas referidas: por la tarde baylaba con menos vigor, y demostraba no poderse tener, aunque por la práctica parece imposible que puedan caerse mientras dura la música: siguió toda la noche muy agravado; pero al dia 3º por la mañana se hallaba ya más despejado, y pedía con ansia que le diesen agua, pues por mucha que bebía no quedaba satisfecho; por la tarde después de haber baylado empezó á sudar copiosamente, exercio sus funciones naturales, y quedó mucho mas despejado, no advirtiendo en su cuerpo más dolor que el de los muslos y piernas que le había causado la agitación del bayle que siguió el dia 4º y 5º después de los quales se le sangró, y al 8º salió de casa en disposición de seguir su trabajo. El mismo feliz éxito han tenido otros tres vecinos de la misma Villa, que este mismo año han sido picados de la Tarantula…

Para experimentar mejor el veneno de este animal, cogió en el año pasado de 1786 D. Vicente Aguilera un gato negro, y cortándole un poco de pelo en el lomo le aplicó una tarántula que picó á breve a rato, en cuyo acto se estremeció el gato; y habiendo andado un poco se quedó parado estribando el hocico en el suelo, y sin movimiento, aunque se le urgaba: a las 24 horas se llevó una guitarra, y tocando el son expresado empezó a moverse al quarto de hora, a breve rato meneaba el rabo y las orejas, y empezando a andar, echó a correr ácia una hacina de sarmientos, de donde no se pudo sacar, sin que se haya sabido hasta ahora su paradero…


De usted por concluido aquí, querido cronista, el presente y curioso relato, apostilla D. Cosme…. que muestra el liderazgo de nuestra villa de Manzanares, en el tratamiento de los síntomas que, en aquel tiempo, se atribuían a la picadura de la tarántula; algo que fue muy común en la región calatrava durante los veranos de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando este animalejo era muy abundante en los campos de nuestra villa. Aun quedan cosas escritas y curiosas acerca de las picaduras de las tarántulas, y de sus supuestos remedios, a finales del siglo ilustrado, pero este relato ya ha ido de bastante para centrar el fenómeno, por lo que le sugiero dejar lo restante para cuentos sucesivos...



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