Hablamos ya, extensamente, mi querido
reportero, -me dice D. Cosme, para iniciar la siguiente crónica- de como los
almorávides y sus descendientes moriscos desarrollaron, durante su asentamiento
en la península ibérica, las técnicas de riego en las que se basó la
agricultura española hasta el presente momento de 1912…Norias, acequias,
canales, diques, represas, etc…y también, hemos sabido como esas técnicas
fueron llevadas al máximo de ingenio, por nuestros ancestros en el Azuer
manzagato…
Pero, lo mismo hicieron, en el desarrollo de ingenios como los
molinos de agua y viento….y a ellos, y a lo que al respecto tuvimos en
Manzanares, vamos a dedicar el relato, aprovechando que el Catastro de la
Ensenada, en ese Siglo Ilustrado cuyos avatares venimos comentando, contiene la
referencia escrita más completa, hasta ese momento, de los citados ingenios
molineros en la villa de Manzanares….Y, esto es así, continua D. Cosme, porque,
aun siendo ya una gran realidad los molinos de nuestra villa, durante el siglo
XVI, la gente de Manzanares que participó en los escritos que integraron las
Relaciones Topográfícas de Felipe II, dieron muy pocos datos de ellos y de sus
propietarios,… solo dijeron esto: …
" que en el dicho arroyo que dicen de Azuel hay molinos que muelen de
invierno, y pasa el dicho río por junto a esta villa y por otro tiempo el dicho
río, no trae agua y se va a moler al rio de Guadiana,a donde nace y corre, que
son los molinos de Su Majestad que dicen de Ruidera y a otros molinos del
Priorazgo de San Juan y a otros de Guadiana la baja cerca de la dicha villa de
Daimiel ...”
Es verdad, continua D. Cosme, que por otras referencias escritas de aquellos
tiempos, supimos bastante más cosas de los avatares habidos en referencia a
esta cuestión de la industria molinera manzagata, y de los propietarios de los
molinos, en los siglos XVI y XVII… Los molinos harineros, en ese tiempo,
prosigue D. Cosme, proliferaron en todo el Reino, especialmente en ríos de
zonas como la nuestra, donde el cultivo de cereales estaba entre los más
importantes, al poseer Manzanares un suelo fértil y llano.
Los molinos de agua se hicieron imprescindibles para elaborar la harina de
trigo y de otros cereales, productos básicos de consumo humano… y algunos de
ellos se usaron, también, para molturar la aceituna, obteniendo aceite.. Todo
ello, fue decisivo en la mejora global de la alimentación y la calidad de vida
en España y, por ende, en Manzanares, donde esas industrias florecieron con
gran eficiencia, como hemos podido conocer en relatos previos…Con toda
seguridad, sigue D. Cosme, junto a la producción agrícola de las huertas, los
cereales, las viñas y los olivos, las industrias molineras en las villas y
lugares por las que transitaba el Azuer, y particularmente en Manzanares,
supusieron una eclosión de entusiasmo y progreso en la vida de la gente.. Estos
molinos se ubicaban en el interior de edificaciones adaptadas, con paredes de
tapial de tierra, sobre una base de mampostería caliza. Solían tener una
cubierta de teja curva a dos aguas, impuesta en una estructura de madera. Los
molinos, propiamente dichos, sigue D. Cosme, eran artilugios ingeniosos, a la
par que sencillos…
El proceso de la molienda, comenzaba derivando el agua del
río a una represa situada al comienzo del caz que desviaba agua al molino. Por
ese caz, el agua alcanzaba un cubo, o una balsa que, en su base, poseía un conducto,
o tubería especial, con pendiente, que llevaba el agua hasta el rodezno;
elemento primordial del molino, y que no es otra cosa que una rueda que, en su
superficie externa, dispone de una serie de “cucharas” (o “álabas”)... El agua
llegaba al rodezno, como le dije antes -continua D. Cosme- por un canal
troncopiramidal, o saetín, de sección progresivamente reducida, que aumentaba
la presión y la velocidad del agua que, así, finalmente, incidía sobre las
cucharas del rodezno con la fuerza necesaria como para generar su rotación,
poniendo en marcha al molino… La rotación del rodezno, se transmitía, mediante
un eje vertical de madera o hierro, al otro elemento primordial y básico del
molino, la llamada “piedra volandera”, que estaba fijada a ese eje por una pieza
metálica llamada lavija..y que, de ese modo, daba las mismas vueltas que el
rodezno.. Después, el agua salía por el cárcavo, volviendo al río a través del
socaz...
Esos eran, en esencia, sigue D. Cosme, los molinos de agua más
comunes, y así era como funcionaban, existiendo mecanismos que regulaban la
molienda según las necesidades, o a voluntad del molinero; por ejemplo, la
velocidad de giro del rodezno podía aumentarse o disminuirse, en función del
agua que llegaba al rodezno, mediante una pequeña compuerta, el “saetillo” o
“paradera”, que se abría o cerraba, según fuera necesario; lo que se regulaba
accionando una varilla de hierro en la sala de molienda. Además, en los
molinos, existía otra varilla, llamada “brazo del alivio”, que permitía al molinero
subir o bajar el puente y todas las piezas, cuando lo estimara conveniente.
Así pues, y como acabamos de ver, los molinos estaban compuestos, básicamente,
de dos piedras circulares: una inferior, o solera; y otra superior, volandera,
o muela..que apoyaban en el suelo, sobre la bóveda del cárcavo, o sobre una
plataforma, existiendo una puertezuela que permitía el acceso para las tareas
de mantenimiento de las citadas piezas. Ambas piedras, tenían talladas en su
superficie surcos o estrías: de formas curvas, rectas o helicoidales, que
servían para cortar, molturar y triturar el grano, y que precisaban repicarse
con frecuencia por el desgaste que sufrían con el roce continuo durante la
molienda. En lo que se refiere al trigo, el molino tenía habilitada una tolva
de madera, por la que se dejaba caer éste entre las piedras, dirigiéndolo
mediante una canaleta de madera… cuya inclinación variable regulaba la cantidad
de grano que debía caer al rodezno… Al rotar el rodezno, la fuerza centrífuga
motivaba que el grano fuera hacia el exterior de las piedras, pasando entre
ellas, y siendo triturado y convertido en harina.... Esta, caía a una especie
de cajón, el “guardapolvos”, donde quedaba recogida. Luego, “enfriada” la
harina, se guardaba en costales de tela o paño para su almacenaje.
Como habrá usted advertido, me dice D. Cosme, los molinos son artilugios de
mecánica muy simple y sin engranajes, pero se han mantenido útiles hasta
nuestros días, aunque le diré, amigo cronista, que la silueta imponente de esa
“fábrica de harinas”, al lado de la “madre nueva” y del Parterre, augura el
próximo final de estos ingenios, que ya no son competitivos, tras el invento de
la electricidad como arma motriz de estas industrias. En fin, cosas del tiempo
y el progreso humano, suspira D. Cosme, sin duda útiles para la humanidad, pero
que no evitarán la nostalgia ni la historia de lo vivido durante siglos...
El llamado 'Molino Viejo, en los años 50' del pasado siglo XX. |
En todo caso, sin ponerse sentimentales, sigue D. Cosme, esta crónica debe
continuar y concluir, con lo que le anuncié a su comienzo; fue en el Catastro
de la Ensenada donde quedaron bien tipificados, uno a uno, los molinos de
Manzanares, con referencias a sus características, actividad, rentas y nombres
de sus propietarios, y le diré que, también, en el citado catastro, quedaron especificados
por primera vez otros ingenios molineros de la villa, movidos por el viento o
por tracción animal.. Y para dar fe de todo eso, nada mejor que la
transcripción literal que dejaron plasmada nuestros paisanos en la prosa del
susomentado Catastro de Ensenada.. Esto fue lo que dijeron:
“Un molino harinero llamado “El Grande”
inmediato a esta población y muele con las aguas del río Azuel y dos piedras,
propio del conde de Sevilla la Nueva y su producto anual con el beneficio del
caz, por la tierra que con él se riega, lo regulan en 70 fanegas de
trigo”…“Otro molino harinero llamado “El Chico” que muele con las propias aguas
y dos piedras, propio de D. Alfonso Villarreal, vecino de Membrilla, cuyo
producto, a la misma regulación de un quinquenio, por año es de 40 fanegas de
trigo”…“Otro molino harinero llamado “Don Blas” que muele con dichas aguas y
dos piedras, propio de D. Blas de Quesada, y su producto con el beneficio y
riego del caz es de 40 fanegas de trigo”...“Otro molino harinero llamado “El Carnicero”
que muele con las citadas aguas y una piedra, propio de Sor Dª Francisca de la
Encarnación y Sor Dª María Luisa de San Ildefonso, religiosas de este convento
de Franciscas, cuyo producto anual es 20 fanegas de trigo”…”Otro molino
harinero llamado “De la Torre de Moratalaz”, propio de la encomienda de esta
villa, que se halla cuasi arruinado del todo por lo que no se le considera de
presente utilidad alguna”.
“Dos molinos de viento propios de D, Francisco de Triviño, presbitero, los que
están totalmente arruinados y sin uso, por lo que no merecen utilidad alguna”.
“Seis molinos de aceite, el uno contiguo al citado harinero llamado “El Grande”
propio del conde de Sevilla la Nueva, con dos vigas y dos piedras, que la una
muele con caballería y la otra con las aguas del citado río Azuel, cuyo
producto, a la misma regulación de un quinquenio, por año es de 500 reales”
…”Otro molino dentro de la población en la calle Ancha, propio de D. Juan
Merino, con dos vigas y dos piedras, que muelen con caballerías cuyo producto
anual se considera en 400 reales”… “Otro molino situado en la calle de los
Serranos, propio del citado D. Francisco Triviño, con dos vigas y dos piedras
que muelen con caballerías y considera su utilidad anual en 400 reales”.. .
“Otro molino en la calle que llaman Vereda, propio de D. Miguel de Vivanco, con
dos vigas y dos piedras que muelen con caballerías cuyo producto anual son los
dichos 400 reales”…”Otro molino en la calle del Fortuno, propio de D. Luis de
Salazar, vecino de Solana, con dos vigas y dos piedras que muele como los
antecedentes y se considera su interés anual en los dichos 400 reales”…”Otro
molino en la calle del Toledillo, propio del mencionado D. Alfonso de
Villarreal, vecino de Membrilla, con dos prensas y una piedra que muele con
caballería, cuyo producto anual consideran en 300 reales”
Y, así, y de esta
manera, -concluye D. Cosme- una vez más, el Catastro de Ensenada, ha permitido
que sus lectores conozcan a la mayor exactitud, como fueron las cosas en eso de
la molinería manzagata, allá por la mitad de ese Siglo Ilustrado que fue el
XVIII,… Por eso, por estar ya bastante ilustrada la crónica en sus intenciones,
le sugiero la dé por concluida, para nueva y adicional gloria histórica de la
ilustrada e insigne villa de Manzanares de la Mancha..
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