El 13 de Noviembre de 1958, Melchor Díaz-Pinés Pinés, emite la siguiente crónica informativa.
Ya empiezan a transitar por esta vereda real los ganados trashumantes que marchan a las zonas más cálidas de Andalucía, a pasar la invernada de seis meses en climas más templados que poseen abundantes pastos. El vecindario está acostumbrado a verlas desfilar por la Calles Toledo y Trompas, camino de la Plaza de toros, donde enfilarán la ruta andaluza por veredas tradicionales. A pesar de la suciedad dejada en las calles, es un bonito espectáculo ver los inmensos ganados pasear por algunas de las calles más céntricas de la villa y se ha convertido en tradición sin ninguna duda.
Proceden estos ganados de las zonas frías de las provincias de Cuenca, Soria, Teruel, Guadalajara, Segovia y Avila y realizan viaje a campo abierto, resistiendo las más crudas temperaturas hasta llegar a su destino, muchos de ellos por la Sierra Morena y hasta la provincia de Córdoba, con etapas larguísimas y recorrido total que supera muchas veces los 500 kilómetros.
El aprovechamiento de los pastos es costumbre contratarlo por anticipado para el periodo de los seis meses más fríos del año. Dicha contratación se realiza sobre la base de un tipo o tanto fijo por cabeza de ganado, que en el presente año ha sido fijado en 250 ptas. por cabeza de ganado lanar y cabrío y en 1.000 ptas. para el ganado vacuno.
El ganado trashumante está compuesto en su mayoría por ovejas de raza merina y con el producto de su reproducción y venta de los machos, los ganaderos obtienen muy buenos ingresos en metálico que ayudan, aunque no en su totalidad, al pago del arriendo de los pastos. Estos ganados lanares representan la totalidad del censo ganadero de las provincias mencionadas y cifran muchos millones de pesetas como fuente de riqueza pecuaria.
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