¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

lunes, 7 de marzo de 2011

Renovarse o perecer.

El día 20 de Abril de 1968, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envío el siguiente reportaje informativo a la Revista  " Semana Vitivinícola " de Valencia.

Venimos machacando y machacando desde hace varias décadas sobre la importancia y singular trascendencia que la modernización en los procedimientos del cultivo habría de ejercer en el 'agro' manchego y nos complace volver sobre este tema, haciendo saber al mundo agricultor, que esta región manchega lo logró, aunque haya sido algo retardado, en mayor medida que la esperada.

Hemos de rendirnos a la evidencia de las estadísticas que demuestran nuestro aserto en cifras, diciendo en su lenguaje tipográfico que la provincia de Ciudad Real es la quinta de España en la utilización de cosechadoras en sus diversos tipos. Es indudable, por lo tanto, que la desidia temperamental ha sido superada para mejorar aquellas épocas pasadas de " infelice recordation ", para dar paso a una nueva sangre, ansiosa de realidades a plazo corto.

Foto de la vendimia en Manzanares, de 1960. Ya se puede apreciar la utilización del tractor en las faenas de recogida de la uva. Foto Melchor Díaz-Pinés.

Es el caso que queremos traer a las páginas de " la Semana Vitivinícola " de unos labradores de la tan discutida clase media, de esos trabajadores de sus campos, de los incansables, de los artesanos multifacetas, de los eternos enemigos del cronómetro, que trabajan de sol a sol porque no da más de sí el día y que no tienen el menor inconveniente en convertirse en inventores de aparatos que han de rendirle el ciento por uno. Estos mañosos labradores son los hermanos Bordegé Gutiérrez, de naturaleza soriana pero afincados muchos años ha, en la ciudad de Manzanares y con fincas propias, conseguidas porque trabajaron de lo lindo. Estos hombres, curtidos, pero emprendedores, han mecanizado su hacienda hasta en el más mínimo detalle y por si fuera poco, han ideado, entre otras cosas que serían objeto de otro reportaje, una magnífica estercolera de fondo, de la más pura artesanía y que ha de dar mucho que hablar en el sector agrícola.




Para el perfecto trabajo de estercolado se precisa, primero, hacer un buen zanjón con el moderno arado llamado " topo ", provisto de dos vertederas que arrastra un tractor. Una vez abierta brecha, viene otro tractor arrastrando un pequeño carro, con ruedas de goma y preparado 'ad hoc'; en él se encuentra la tolva en cuyo fondo va un sin fin bien acondicionado y que se mueve por la toma de fuerza del tractor. Con esta y por medio de una caja de cambios que revoluciona convenientemente, se va distribuyendo a voluntad el fertilizante, que en plan normal deja en el surco seis o siete kilos del mismo, ó más, porque es graduable. Posteriormente, por medio de una rastra que va acoplada en la parte trasera del carrito, queda en la zanja bien tapado el fertilizante, llano el terreno y además bien mullido y labrado.

Este práctico invento que bien se puede calificar de 'casero', va a ser patentado. Las particularidades más sobresalientes son el ahorro de mano de obra y la humanización del trabajo porque desde el mismo tractor, se llevan todos los mandos al alcance del conductor. Con solo dos personas puede realizarse el trabajo de siete u ocho, el fertilizante no se ventea y la labor es efectiva cien por cien. Esto es, a grandes rasgos, el producto de una inquietud llevada a buen logro por unos esforzados paladines de la causa agraria. No hace falta traer del extranjero grandes inventos porque las nuevas generaciones de agricultores manchegos, vienen pisando muy fuerte.


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