Con la caída de la
tarde, la tartana nos devuelve ligera a Manzanares, desandando el camino de
Daimiel hasta alcanzar de nuevo los Paseos del Río... Entramos en el pueblo y Don Bernardino Torres, que, como todos nosotros, ha permanecido callado y
atento a las explicaciones de Don Cosme, toma ahora la palabra, para,
dirigiéndose a mí, decirme solemne...”Esta usted viendo muchas cosas buenas de
Manzanares, pero también hay una muy mala…y quiero que la conozca y pedirle que
publique algo sobre ella en su periódico, a fin de solucionarla….y en esto ,
sigue diciendo, tengo la anuencia del alcalde, Sr Rubio, y de su Ayuntamiento,
además de ser una demanda de toda la gente de este pueblo,…” Intrigado e
impaciente, el reportero le dice al Sr. Torres que, por supuesto, publicará lo que
le pida, y le insta a que le cuente cual ese grave problema que aflige a un
pueblo tan, por otra parte, brillante y prospero como es Manzanares…
”Don
Bernardino, dice entonces, que nos invita a todos a tomar un café en el Casino
Primitivo y, allí, me cuenta lo que quiere contarme”. Alcanzada la esquina de
la calle de la Cárcel con el Paseo del Rio, dejamos la tartana, y subimos
caminando hacia el Casino Primitivo… Enigmático, Don Bernardino, comenta que
nos estamos acercando al problema del que quiere hablarme… Yo, le miró con
cierta inquietud, pues no imagino nada especialmente pernicioso o grave en esta
zona donde nos encontramos… Sin embargo, ya en los aledaños del Casino, Don
Bernardino, me comenta si yo me había preguntado alguna vez por qué esta calle
que transitamos se llama calle de la Cárcel… Le contesto que, supongo, que por
que aquí existiera alguna vez una cárcel…. a lo que, el Sr. Torres, me corta….y
me espeta¡ ¡…como que existió!!…que existe!!...la tiene usted ante sus
ojos!!”… Se me escapa un “caramba” y, efectivamente, un guardia a la puerta de
un caserón, se encuentra ante mis ojos sorprendidos, y me hago cargo que esta
debe ser la cárcel de Manzanares… a la vez que me sorprende, doblemente, que
Manzanares tenga una cárcel instalada en el corazón del pueblo….
Don Bernardino, me confirma que, …“este caserón inmundo,que llaman “Cárcel del
partido”, es la cárcel de Manzanares….Observo el aspecto viejo, destartalado y
tétrico del caserón y ciertamente, no me parece, a primera vista, muy apropiado
como cárcel, y menos en este entorno…
Ya en el Casino, Don Bernardino, confirma mi impresión y me dice que por eso
quería plantearme el problema… y que yo lo contase en el periódico como una
necesidad perentoria del pueblo, y, de ese modo, se financiara por la autoridad
gubernamental la construcción de una nueva cárcel, con mejores condiciones y
situación, y continuó… ”Además, sigue, como sabrá usted muy bien, -dirigiéndose
a mí-, por haber sido noticia en toda España, Manzanares ha sido tristemente conocida,
por varios sucesos delictivos ocurridos recientemente,…. y algunos de esos
peligrosos delincuentes que los cometieron están “ahí”, a escasos metros de
nosotros, en esa cárcel tan insegura….”Usted entenderá que mucha gente del
pueblo, viva asustada, ante la posibilidad que escapen y cometan nuevas
fechorías”… y continuó…”En esta prisión, sin seguridades de ninguna clase,
puesto que los rastrillos no tienen consistencia , y el interior está en
disposición de que los presos puedan fugarse por los tejados, con sólo que se
suba uno sobre los hombros de otro,… además, se incumplen las normativas que
deben mantener estas instituciones, para preservar una mínima dignidad en la
vida de los presos… los reclusos viven hacinados en locales comunes, con gran
suciedad y sin intimidad alguna y aunque no la merezcan algunos de los
abominables delincuentes que allí están recluidos, se deberían tener, aunque
solo fuera por razones de seguridad….pues entre los criminales que aquí se
albergan, hay asesinos tan empedernidos y despiadados como el tristemente
célebre Miguel Galindo (a) «Borguetas», asesino fugado de Ceuta, donde cumplía
cadena perpetua» el cual, viniendo a parar á La Solana, cometió un robo, siendo
condenado a ocho años más de presidio. Fugado de nuevo, y solo hace unos meses,
cayó sobre Manzanares, donde, después de robar, asesinó a martllazos, junto a
varios cómplices, a un matrimonio de Manzanares y a su pequeña hija adoptiva,
terminando la misma noche con otro robo a un peón caminero en la carretera de
Socuéllamos, para intentar eludir responsabilidades del crimen… El triple
asesinato tuvo un tremendo impacto en Manzanares,…los mataron con gran saña,
dando lugar a un escenario dantesco que conmocionó al pueblo y a toda España y
tuvo amplia difusión en la prensa nacional… Aquí, el crimen es conocido como el
crimen de “La Reinilla”, pues así era conocida la mujer asesinada en
Manzanares…. y todavía el miedo y la indignación derivada, sigue siendo parte
de muchos comentarios, en los corrillos de la gente e, incluso, aquí en este
aledaño Casino Primitivo, donde cada vez que se comenta el caso, muchos sienten
escalofríos por si acaso aparece, de repente, alguno de esos “vecinos”…Todos,
aquí y alla, comentan el pésimo estado, la escasa seguridad y la ubicación de
esta Cárcel, tan cerca del corazón del pueblo y el Ayuntamiento ya ha comenzado
las gestiones para que se construya una nueva cárcel, con mejores condiciones y
en otro lugar mas periférico del pueblo … Ademas, sigue Don Bernardino, en
compañía de este asesino abominable, apodado “Borguetas” y que arrastra
grillos, se encuentran sus coautores, los no menos peligrosos, Orencio Peinado,
alias: “Cañamón” y Francisco Portugués (alias) «Portú»..
….”Y por si fuera poco, como dignos compañeros de los anteriores, tienen su
nuevo “domicilio” en aquel recinto los degenerados padres Maristas: Secundino
Ruiz y Simón González López, por el delito de corrupción de menores, del que
están convictos y confesos, cometido en el Colegio de la Comunidad de los
hermanos Maristas a que pertenecían en la calle Ancha. Es de advertir que estás
repugnantes bestias no respetaron ni aun el sagrado de su religión, puesto que
hasta detrás del altar mayor hicieron presa en las infelices criaturas. Como
consecuencia de tales crímenes se amotinó el pueblo, y ha sido decretada la
clausura definitiva del Colegio de padres Maristas de Manzanares. Para
custodiar a estos bandidos, y otros de semejante jaez, existe solamente el
director D. Acisclo Moreno Villegas y el vigilante Don Francisco Muía Crespo, con
la ayuda de escasos funcionarios, que tienen que pasarse toda la noche en
observación, dada las inseguridades de la cárcel y de la tremenda
responsabilidad que sobre ellos pesa. Con la cárcel corre parejas el servicio
del Cuerpo de Seguridad, y no ciertamente por la calidad, sino por la cantidad,
puesto que cinco guardias no representan absolutamente nada para una población
como Manzanares”….Asi terminó su disertación, mi querido amigo Torres y,
naturalmente, yo le prometí cronificar todo eso en el periódico del que soy
corresponsal, más o menos tal cual pueden leerlo ustedes ahora…
Salimos del
Casino, ya echada la noche, y dimos una nueva mirada a la destartalada e infame
cárcel que teníamos al lado… antes de que cada uno de nosotros fuese a recalar a
sus respectivas casas… Cuando este cronista apagó la luz de su estancia, y ya
en su acolchada cama se dispuso a dormir, esperando un nuevo día en Manzanares,
suspiró con alivio, al pensar que entre el paseo de la estación y la cárcel,
había bastante distancia… Mañana sería otro día…
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