¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

jueves, 14 de enero de 2016

30). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES: GUERRA DE CEMENTERIOS…¡¡QUE VIVA EL CEMENTERIO VIEJO!!

La firme voluntad e inteligencia del Alcalde de Manzanares, D. Antonio Rubio, había conseguido el objetivo de poner en funcionamiento el nuevo cementerio municipal, con el acuerdo de partes que separaba, mediante un tabique, un área “consagrada” por la Iglesia para enterramientos de creyentes, con un capellán a su cargo, y otra zona reservada a enterramientos civiles, donde recibirían sepultura los manzanareños que no querían actos religiosos en su despedida de este mundo...


A priori, este acuerdo, daba satisfacción en lo básico que las partes litigantes mantenían en esta “guerra de los cementerios” de Manzanares, pero como seguía en marcha el recurso al Supremo, planteado por el vicario de Manzanares Don Dimas López y por varios propietarios de panteones en el cementerio parroquial viejo, que cuestionaba, a la vez, la actividad del cementerio nuevo y el cierre del viejo... el Ayuntamiento consideró conveniente que este pacto acordado quedase por escrito en un reglamento por el que iba a funcionar el nuevo Cementerio Municipal, refrendado con las firmas del Alcalde de Manzanares, y las del Obispo y Gobernador Civil de la Provincia de Ciudad Real. 


En los tres primeros artículos de dicho reglamento, quedaban claramente concretadas las funciones y competencias más importantes del nuevo cementerio municipal…

1.- “El Cementerio Municipal de Manzanares, divídese en dos partes o secciones: religiosa la una y laica la otra, respectivamente denominadas Cementerio católico y civil”.
2.- “Construido con fondos exclusivamente municipales, corresponde al Ayuntamiento la dirección y administración de sus dependencias; guardando los respetos debidos a la jurisdicción y derechos de la Iglesia católica”.
3.- “Como consecuencia de dicha administración, corresponde al Ayuntamiento todo lo concerniente a tarifas, pompas fúnebres, conducción de cadáveres y cuanto se relacione al régimen y gobierno de tan importante servicio”.

El Cementerio Municipal siguió funcionando con normalidad… y como era de suponer, la decisión del Tribunal Supremo se demoró varios años, durante los cuales la polémica que acompañaba a esta guerra de los cementerios se mantenía más o menos viva o latente, en función de momentos políticos que, a veces, no tenían nada que ver con el conflicto, pero que se aprovechaban para avivarlo…

Por fin, el día 9 de octubre de 1919, seis años y medio después de su inauguración oficial, Don Costantino Careaga, magistrado de la Audiencia de Madrid y secretario de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo del Reino de España, dictó la sentencia definitiva, que dejó a todos decepcionados… ya que el Supremo se inhibía, por considerar que la cuestión era exclusivamente política, y quedaba al margen de su jurisdicción, argumentando que la decisión a tomar era de absoluta competencia gubernamental… Quedaba pues agotada la vía judicial, pero con una decisión que “enquistaba” el conflicto latente entre la Iglesia y el Ayuntamiento de Manzanares…



Por esa razón, no resultó extraño que, cinco años después, aprovechando el nuevo régimen político de España, la Dictadura militar del General Primo de Rivera, Don Dimas y sus “compañeros” de conflicto volviesen a la carga… contactando con el nuevo Subsecretario de la Gobernación, mediante una carta, que se conserva en el Archivo parroquial, fechada el 6 de abril de 1924, y firmada por D. Dimas, en la que solicitaron la suspensión y derogación de las órdenes de cierre y clausura del “cementerio viejo” parroquial,… “para restituir los derechos de la Iglesia Parroquial de Manzanares”….Pero, para disgusto de D. Dimas y acompañantes, esta petición fue desestimada, por considerar que las Ordenes Reales al respecto se ajustaban perfectamente a derecho.

Sin embargo, D. Dimas, contaba por entonces con la ayuda incondicional y beligerante del Obispo D. Narciso Esténaga, que siguió maniobrando en todos los ámbitos que pudo para evitar el cierre definitivo del “cementerio viejo”, reducto que la parroquia quería mantener “a toda costa”, dando casi por sentado que el cementerio nuevo municipal era ya una realidad definitiva…
D. Narciso Esténaga.

El Obispo, ayudado por el sacerdote manzanareño Alfonso Pedrero García-Noblejas, por entonces chantre de la Prioral, ejercieron presiones en la Inspección Provincial de Sanidad… Al no lograr resultado alguno, acusaron al Inspector de estar conchabado con el Ayuntamiento de Manzanares por oscuros intereses, en un documento delirante, dirigido a su superior, el Director General de Sanidad, en el que denunciaban a: “elementos de ultraizquierda que querían entierros rojos, sin cruz ni sacerdotes”… El citado Director contestó a D. Alfonso Pedrero, diciéndole que las normas en que se habían basado las reales ordenes seguían vigentes y en el caso del cementerio viejo, indicaban claramente su cierre y clausura…

En su obstinada postura, Obispo y Chantre, escribieron una carta, dirigida al propio General Primo de Rivera, argumentándole supuestas conspiraciones políticas en contra de los legítimos derechos de la Parroquial… El Dictador se avino a reestudiar el caso, pero de nuevo rechazó contundentemente las alegaciones eclesiales, por considerar, una vez más, que… “las Ordenes Reales estaban ajustadas a las normativas legales de manera indiscutible e incuestionable”…

Las cosas parecían definitivas, y “pintaban bastante mal” para D. Dimas y los defensores del mantenimiento del cementerio viejo, incluso en la Dictadura… pero, nuevos acontecimientos políticos estaban por llegar, para mostrarnos que esta “guerra de cementerios” de Manzanares viviría nuevos episodios, alguno de los cuales todavía puso de actualidad en toda España a Manzanares y a su cementerio municipal… 

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