La “guerra de los
cementerios” de Manzanares, enconadísima en sus comienzos, fue atemperándose,
poco a poco, en la tercera década del Siglo XX…
El Cementerio Municipal, con el paso de los años, se convirtió,
definitivamente, en el “Cementerio Nuevo” de Manzanares, mientras que el
anterior Cementerio Parroquial, cada día que pasaba, hacía más real el término
de “cementerio viejo”, con el que sería conocido a lo largo de todo lo que
quedaba del Siglo XX…
Pero, como los sentimientos y las razones que motivaron el conflicto, estaban
en el ánimo de muchas gentes, y en la polémica social de las primeras décadas
de ese siglo XX, cualquier acontecimiento político activaba sus “rescoldos”, y
ponía en disposición de combate a los bandos enfrentados…Y, así, llegó la II República Española, en 1931… y con ella, el primer
Ayuntamiento republicano de Manzanares, de mayoría socialista….
….Salieron a la luz, entonces, como ocurre siempre en los grandes cambios
políticos, todas las “memorias históricas” de todos los conflictos que por
épocas pasadas fueron … y también, como casi siempre, sin ánimo de “reparación
histórica”, si no como razón de ser de disputa partidista… y claro, en nuestro
Manzanares, la “guerra de los cementerios”, que había sido “famosa” y mediática
en toda España, pero que estaba bastante atemperada, social y judicialmente,
resurgió con mucha fuerza, en un episodio que resultó pionero en la nación
española… Manzanares, iba a ser primero en España una vez más!!!...
….Como era fácil de suponer, en todo el país, la relación Iglesia-Estado fue
difícil desde el advenimiento del régimen republicano y, en Manzanares, su
primer punto de disputa y tensión fue, precisamente, el Cementerio Municipal... Los concejales Juan López Corzo y Pedro Gallego, propusieron al primer
Consistorio Republicano de Manzanares, al poco de constituirse, y en sintonía
con la filosofía laica del nuevo régimen, la secularización plena de nuestro
cementerio municipal…
Esta propuesta, que suscitó una gran polémica en los debates del Consistorio y,
por extensión, en los púlpitos y en las tertulias del pueblo, fue aprobada por
mayoría en el Pleno de nuestro Ayuntamiento, el día 3 de Julio de 1931,
materializándose en la practica, y en lo simbólico, unos días después, con el
derribo del tabique que separaba, en nuestro Cementerio Municipal, el área
civil de la católica,… siendo Manzanares
la primera ciudad española que tomó la decisión de tener un cementerio
totalmente secularizado, sin separaciones entre los cadáveres por el hecho
de sus distintos pensamientos y creencias… Sin duda, algo lógico y normal para
nuestros tiempos, pero excepcional y transgresor en esos años de progresiva
radicalización e intolerancias ideológicas…
Se había hecho realidad, así, el deseo que acuñó D. José de Eguizábal, el día
de la inauguración de la zona civil del Cementerio, en Mayo de 1913, en su
famoso y sentido discurso, durante la celebración del primer entierro civil de
Manzanares, en que dijo aquello de:… “cuando la cultura se difunda, caerán las
murallas que nos separan a los hombres después de muertos, al soplo del huracán
de la ciencia, que traerá envuelto en su polvareda el amor, la igualdad y la
fraternidad entre todos”...
Aunque, no dejaba de ser paradójico, en ese momento, que esa barrera, cuya caída
deseaba Eguizábal, la hubiera solicitado él mismo, y sus correligionarios, para
defender el orgullo de poseer una zona exclusiva, donde poder ser enterrados a
su forma de entender la última despedida... Vanos deseos humanos de marcar
diferencia, incluso entre los cadáveres!!!
Sin embargo, en ese momento, cuando el Ayuntamiento de Manzanares tomó la
decisión de secularizar el Cementerio Municipal de la ciudad, esa orden podía
considerarse fuera de ley, ya que aun no se había aprobado la nueva
Constitución Republicana, que si recogería la idea, pero que no fue refrendada
hasta el día 6 de Febrero del año siguiente, 1932…
Los dirigentes del Consistorio, quizá pensaban que el párroco de Manzanares,
Don Dimas López, estaría cansado de guerrear por este tema… pero,
evidentemente, se equivocaban... Era muy obstinado y ya no tenía enfrente a
Don Antonio Rubio, que siempre “lo mantuvo a raya”… (….y es que los párrocos
siempre duraron mucho más que los alcaldes)… Primero, manifestó al Ayuntamiento
su más enérgica protesta, por: “una medida que significaba romper el pacto
Iglesia-Ayuntamiento, plasmado en el reglamento del Cementerio en el año
1913…y que, ahora, quedaba incumplido por la decisión del Consistorio”….
Basándose en la ruptura unilateral de ese pacto, y la falta de soporte legal
para hacerlo, Don Dimas, “ni corto, ni perezoso”, se movilizó de nuevo... y se
puso al frente de su bando en la “guerra de los cementerios” entablando un
nuevo recurso contencioso-administrativo, apoyado y propiciado, por el Vicario
General de la Diócesis de Ciudad Real… Sin embargo, los habitualmente lentos tramites de la justicia, hicieron que, cuando
se dirimió el litigio en el Juzgado correspondiente, ya estuviese aprobada la
nueva Constitución Republicana, dando al traste con las pretensiones de Don
Dimas, al resultar el fallo favorable al Ayuntamiento, debido a la nueva
legislación, por lo que se ratificó definitivamente, la secularización plena
del Cementerio Municipal, que había sido aprobada por nuestro Consistorio en
Julio de 1931 …
….Puestas así las cosas, Don Dimas, de momento, no pudo hacer nada más… y llegó
la Guerra Incivil… Don Dimas, logró sobrevivir los tres años del terrible
conflicto, escondido como un “topo”, en la casa de su hermana de la calle Empedrada… y el Cementerio Municipal solo daría que hablar, ese tiempo, porque
no pudo recibir a muchos cadáveres de paisanos, cuyos restos quedaron para
siempre en alguna cuneta de las cercanías del pueblo… o bien, porque se utilizó
para acoger en fosas comunes a muchos inocentes, asesinados al comienzo de la
guerra incivil por los milicianos del bando republicano… o, en la postguerra
inmediata, por los inmisericordes vencedores de la contienda… que, en
sangrientos aquelarres, y en la tristemente recordada fachada norte del
Cementerio, fusilaron a muchos paisanos…. “perdedores” de esa guerra incivil e
ignominiosa…
Y, aun todavía, al final de 1939, ya anciano, D. Dimas hizo algún intento de
llevar las “aguas del cementerio” a su redil parroquial, contactando con las
nuevas autoridades franquistas… pero, estas, le dijeron de manera definitiva,
que… “dejase a los muertos descansar en paz”...y en el Cementerio Municipal…
Así fue que terminó la Guerra de los Cementerios de Manzanares,… que no duró
100 años, pero si más de 50…
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