En la anterior entrega de esta “guerra de
los cementerios” de Manzanares, el reportero había conocido, por boca del
alcalde, D. Antonio Rubio, que su Ayuntamiento obtuvo el permiso definitivo del
Gobierno Civil para construir el Cementerio Municipal, solo hacía tres meses
antes, concretamente, el día 11 de enero de este 1912”…
“Es decir, el cronista que les escribe sobre todo este Manzanares, en Abril de
1912 y que compartirá todavía con ustedes otras crónicas de su ciudad, no
podría seguirles contando la historia de esta guerra, ni su desenlace, ni tan
siquiera podría contarles la inauguración de este “Cementerio Nuevo” de
Manzanares ……“Pero ustedes, hoy día, cuando me están leyendo, son “personas de otro
Siglo”… y los acontecimientos que se sucedieron después de ese 1912, en que el
reportero estuvo visitando ese extraordinario pueblo manchego que es
Manzanares, son ya parte de su historia, de la de sus paisanos y en definitiva
y, por herencia, de la de todos los manzanareños que, como ustedes, hoy son… y
así se sienten”…
“Estén, pues, tranquilos, que van a saberlo todo,… “viajaremos” por ese futuro,
con la seguridad de no equivocarnos mucho… pues las nuevas tecnologías, que este
reportero no alcanza ni siquiera a suponer, van a permitirle, a un conocido de
todos ustedes, continuar contándoles toda esta historia… basándose,
precisamente, en la historia que se fue escribiendo sobre todas las batallas
que se siguieron dando en esa “guerra de los cementerios” de Manzanares, hasta
que pudo darse por finalizada…
….Pues si, amigos míos de Manzanares, aquí
estoy yo, ahora, para continuar la historia de esa “guerra de cementerios” que
vivió nuestro pueblo, y que nos estaba contando el reportero en esos primeros
meses de 1912… les puedo ya adelantar que quedaba un largo camino de años,
hasta lo que podríamos considerar su final… y aunque en estas cosas, en las
que participan sentimientos y creencias, nunca se alcanza una paz espiritual, o
de conciencia, segura y definitiva, afortunadamente, hoy día, lo que ocurrió
entonces y como se disputó, parece muy improbable que sucediera ahora, aunque,
ciertamente, no falten disputas irracionales y poco compatibles con una
moderada inteligencia humana …pero, volvamos al tema que nos ocupa…
El desencuentro
creciente Ayuntamiento-Parroquia, acerca del Cementerio Municipal, ya era muy
intenso cuando se autorizó definitivamente su construcción… La sociedad
manzanareña, inmersa en la polémica de sus autoridades civiles y eclesiásticas,
estaba, cada día que pasaba, más profundamente dividida por esta cuestión de la
construcción del “Cementerio Nuevo” y también, por la concomitante clausura
del “Cementerio Viejo”… De nada valía la argumentación legal y sanitaria que las
autoridades civiles habían plasmado en ordenes de obligado cumplimiento para el
Ayuntamiento…
Don Dimas López y el clero local, “pasaban de puntillas”, sobre algo tan
concreto y claro como esas ordenes, y las “metían en el mismo saco
confabulatorio”, que, según ellos, había urdido el Ayuntamiento… En los
púlpitos y en las tertulias interesadas, se llego a propalar el infundio de que
las ordenes gubernamentales y administrativas, habían sido inducidas por datos
falsos que transmitió nuestro Consistorio al Gobierno Civil… De la misma manera,
se jugó, en aquella época, con los sentimientos de muchos paisanos, cuando, desde
algunos púlpitos y sermones, se llegó a decir que, para ser bendecidos a la
hora de la muerte y recibir los últimos sacramentos, era imprescindible que los
difuntos fuesen enterrados en el “Cementerio Viejo”, ya que se negaron a
nombrar un Capellán para el Cementerio Nuevo, en un intento desesperado del
clero para evitar la clausura del “Cementerio Viejo” y par mantener, así, el
“patrimonio de la muerte” en el seno de la parroquia…
En los conciliábulos políticos, algunos concejales conservadores intentaron
convencer al Alcalde, Don Antonio Rubio, para que rectificara su idea de un
cementerio municipal y volviera a darle carácter parroquial… tampoco sirvió de
nada al Sr Rubio, decirles a los ediles opositores del Consistorio que,.. “esa
fue la propuesta inicial que yo mismo hice a D. Dimas, y no la aceptó,
aduciendo la imposibilidad financiera de la Iglesia para construir el
Cementerio”… Los concejales de la oposición conservadora, respondieron y
atacaron al Alcalde, en sucesivos plenos municipales y tertulias, más o menos,
en estos términos… “Usted, Sr. Alcalde, sabía bien que la Iglesia no podía
hacerse cargo económicamente de este proyecto y, en el fondo, les tendió una
celada, para poder argumentar luego esto a todo el mundo, y justificar todas
sus posteriores acciones… pero sus pretensiones reales, desde siempre, han sido
las de secularizar el Cementerio, algo no deseado por la inmensa mayoría de los
manzanareños, y solamente querido por la minoría republicana que le apoya a
usted en el Ayuntamiento”… “Usted, Sr Rubio, no ha tenido carácter y ha
preferido no arriesgar la coalición de gobierno del Consistorio municipal,
anteponiéndola a los sentimientos de su pueblo”… “y, eso, por no hablar, que ya
hablaremos, de los intereses inconfesables que hay detrás de los elevadísimos
arbitrios municipales que pretende usted imponer a las familias de los
difuntos”…
Nadie puede extrañarse, con esos argumentos, que las discusiones en los Plenos
del Ayuntamiento fueran altisonantes…
“El alcalde, tuvo que defender continuamente su honorabilidad personal y la
legitimidad del Consistorio para recaudar los arbitrios, ya que era el
Ayuntamiento quien soportó en exclusiva los gastos de la compra de los
terrenos, la financiación de las obras, el mantenimiento de las instalaciones y
el sueldo de los encargados”. “Criticó la hipocresía con que se referían a los
sentimientos religiosos del pueblo, defendiendo vehementemente, y siendo muy
aplaudido por ello en alguno de los Plenos, que, por primera vez en la historia
de Manzanares, quien muriera en nuestro pueblo, creyera en lo que creyera,
sería enterrado de acuerdo a sus valores y creencias”... Pero estos
contundentes argumentos tampoco sirvieron, pues la oposición conservadora había
visto claro que su alianza con el clero, estaba dándole réditos políticos entre
gran parte de la población creyente de Manzanares que, por una parte, se sentía
obligada a seguir las directrices que les marcaba su Iglesia y por parte de la
acción política, era “confundida” con la supuesta intencionalidad usurera y
prevaricadora del gobierno municipal y del alcalde...
En esa situación, una vez más, el olfato político y determinación del Sr Rubio,
le llevó a acelerar las obras del Cementerio Municipal… pero, esta crónica ya
es lo bastante larga, como para empezar a ser aburrida ...en la siguiente
hablaremos de esa inauguración.
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