¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 12 de enero de 2016

28). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES, 1912, LA GUERRA DE LOS CEMENTERIOS A JUICIO



Dejamos en la anterior crónica al alcalde de Manzanares, Don Antonio Rubio, cavilando sobre como seguir actuando en la recrudecida “guerra de los cementerios”… Sabiéndose poseedor de todos los argumentos legales y administrativos para poder iniciar la construcción, y teniendo el Ayuntamiento adquiridos los terrenos, desde Noviembre de 1911, el alcalde instó el inició de las obras, con la intención de inaugurar el nuevo cementerio municipal lo antes posible, ya que, mientras tanto, alrededor, las maniobras del clero local y de la oposición civil conservadora se sucedían, una tras otra, continuamente…


Por ej, tras el fallido intento de disuadir al Alcalde, y en un episodio oscuro, próximo al soborno, algunos ediles conservadores intentaron manipular al líder republicano del Ayuntamiento, D. José María Rodríguez Medina, quien, aunque se mostró firme ante esos intentos, no pudo evitar que le ocasionaran problemas personales en la Casa del Pueblo, entre sus propios correligionarios, cuando estos se enteraron de las reuniones que el Sr. Rodríguez había tenido con los citados ediles conservadores…

Paralelamente a todo esto, varios ricos propietarios de Manzanares, con panteones familiares en el “cementerio viejo” parroquial, organizaron una reunión conspirativa, a la que asistió D. Dimas, en casa de otro rico aristócrata de Manzanares, el Sr. Martín Ochoa, con el propósito de intentar impedir la apertura del “cementerio nuevo” municipal…. “D. Dimas planteó a los presentes, que el nuevo cementerio propiciaría la posibilidad de entierros civiles, lo cual era inadmisible para la Iglesia católica, ya que eso impedía dar sustento espiritual a las almas de Manzanares que optaran por esos enterramientos paganos”….

D. José María Rodriguez Medina.

Sin embargo, a ninguno de los ya previamente “convencidos” protagonistas de esa reunión, se les escapaba que la Iglesia estaba preocupada, sobre todo, por la significativa pérdida de ingresos seguros para la parroquia, que iba a suponer la municipalización del “cementerio nuevo”. Posiblemente, en aquella reunión, se decidió plantear un recurso de alzada al Ministerio de la Gobernación, que fue inmediatamente incoado por el vicario Don Dimas, y en el que se alegaba que la Corporación de Manzanares estaba incumpliendo la legislación vigente, ya que, según la argumentación del recurso, la Iglesia Católica entendía poseer el derecho exclusivo en cuanto al control, custodia y administración de los cementerios españoles…

Enterado el Alcalde de este recurso, no se arredró ni un instante y, seguro de la legalidad y legitimidad de sus actos, sacó las obras de construcción del “cementerio nuevo” a subasta pública, en Abril de 1912, adjudicándose su realización al maestro local, Don Alfonso Pedrero, en la cantidad 14.900 ptas.

Con el ánimo de resolver definitivamente la disputa entre la Iglesia y el Ayuntamiento de Manzanares, que estaba trascendiendo de manera creciente en toda la provincia y en la prensa nacional, los funcionarios del Ministerio contactaron con ambas partes, requiriéndoles nuevos informes….

La Corporación municipal emitió un extenso informe, razonado en la legalidad vigente, que era flagrantemente contravenida por el estado y situación del “cementerio viejo” y lo que resultó definitivo, las propias ordenes ya emanadas del propio Ministerio, a través del Gobierno Civil, que obligaban el cierre del antiguo cementerio parroquial y autorizaban la construcción del nuevo cementerio municipal…

Ante la contundencia de esta argumentación del Ayuntamiento de Manzanares, y la poca consistencia legal de la argumentación eclesial, el falló del Ministerio, en Real Orden de 12 de Mayo de 1912, dio por zanjada la cuestión a favor del Ayuntamiento, ratificándole en su posición de iniciar las obras de manera inmediata… en la misma resolución, quizá para contentar a la parte demandante, se autorizaba a mantener transitoriamente funcional para los enterramientos, hasta que se abriera el nuevo cementerio municipal, al “cementerio viejo”…

Lejos de contentarse, la Iglesia y la aristocracia manzanareña conservadora, plantearon un nuevo recurso, contra dicha resolución, esta vez en la instancia superior del Tribunal Supremo, sabedores de que con ello los tramites legales se iban a prolongar el tiempo suficiente para lograr sus objetivos…
D. Niceto Alcalá-Zamora


Se daba comienzo, así, a un largo y enconado pleito, a desarrollar, ni más ni menos, en el Tribunal Supremo de España, lo que daría lugar en el futuro a numerosos momentos en que este conflicto de Manzanares estuviera en candelero en toda España. La Iglesia vio defendida sus posiciones por el prestigioso togado de Manzanares, Don Ramón García-Noblejas Díaz-Pinés, en combinación con el famoso letrado, Don Valentín Gamazo, que defendía los intereses particulares de varios propietarios de panteones en el “cementerio viejo”... Por su parte el Ayuntamiento y la Administración General del Estado, que concurrían conjuntamente, eligieron como abogados y representantes legales, a los no menos prestigiosos letrados, Don Salvador Díaz-Berrio López y Don Niceto Alcala Zamora, futuro Presidente, años después, de la Segunda República.

Aunque, legalmente, la cosa parecía clara, Don Antonio Rubio, no vio con ningún agrado la casi segura prolongación del episodio, y decidió acelerar las obras del Cementerio Nuevo, autorizadas por la Real Orden de Mayo de ese año… al tiempo que, aunque nunca figurará en los libros de historia, por los testimonios de mucha gente del pueblo en esa época, seguramente maniobró, con su inteligencia proverbial, ante su enemigo-íntimo, el vicario D. Dimas López, para conseguir sus objetivos, por la vía de los hechos consumados, mucho antes que el Tribunal Supremo le diera la razón al Ayuntamiento de Manzanares…


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