¡Hemos comido
bien!… pero bien, en Manzanares... ¡¡es comer muy bien!!... Entre otros manjares
locales, el cronista engulló unas “migas” manchegas exquisitas, que aún
“saborea” mentalmente, cuando toma el café de sobremesa junto a sus amables
anfitriones …
Sin mucha más dilación, el Sr. Rubio, Alcalde de Manzanares. reanuda la
conversación interrumpida...y empieza a dar contenido a esta segunda crónica
de cementerios…
Socarrón, D. Antonio, comenzó diciendo… “Pasaron los años sin grandes problemas
en nuestros cementerios, y llegamos a 1910, cuando el 1 de Enero de ese año,
Manzanares tiene el detalle de elegirme como Alcalde, y a mi me dio por hacer
cosas para este pueblo que, al fin y al cabo, es el mío… todo eso de la vereda y
de Las Loberas, que le conté al mediodía,… escuelas, que hacían mucha falta,
arreglos en muchas calles".... y, mire usted por donde, al revisar los papeles del Ayuntamiento, en los
primeros días de mi mandato, me encuentro con que los terrenos del antiguo
cementerio de Virgen de Gracia, que era ya entonces un terreno yermo y más
muerto que los difuntos que cobijó, no solo son ya propiedad del Consistorio,
es que también ha vencido hace cinco años la moratoria impuesta en el acuerdo
Iglesia-Ayuntamiento y, por tanto ya se puede construir sobre ellos"…
D. Antonio Rubio Fernández-Caballero |
..."Y el caso es que, a mí, ingenuo y loco de mi!!, se me ocurre la idea y
la posibilidad de construir un Gran Teatro en Manzanares, aprovechando los
terrenos de ese antiguo cementerio… y, encima, edificar una Casa del Pueblo a
sus espaldas….Yo lo vi claro, el Ayuntamiento tenía la gran oportunidad de
construir un gran centro de cultura y esparcimiento, que prestigiaría de
inmediato a Manzanares…. situado, además, en una zona privilegiada de la
ciudad"….
"Para remate, el único local cubierto del pueblo entonces, el Pequeño
Teatro Calderón, se había quedado muy pequeño ante el crecimiento poblacional y
la pujante actividad de Manzanares y, además, al estar ubicado ese pequeño
teatro en La Plaza, anexo al Ayuntamiento, vendría muy bien a la Corporación
para ampliar sus espacios, claramente insuficientes"… "Total, que, en uno de los primeros plenos de ese 1910, yo informo a la
Corporación del acuerdo de 1880, que certifica el pleno dominio de los terrenos
del antiguo Cementerio de la Virgen de Gracia para el Ayuntamiento, y que,
además, ya hace posible construir sobre ellos"…
"No me costó mucho defender la idea, pues fue acogida con entusiasmo por
todos los ediles liberales y la minoría republicana, que vio también recogida
su reivindicación e idea, de construir una Casa del Pueblo, por lo que,
inmediatamente , quedo aprobado el proyecto... Pero claro, aunque no asistían a
los plenos nunca, los concejales de la oposición conservadora, mostraron
enseguida su desaprobación con lo acordado, aduciendo que había obras más
perentorias y que, aunque el Ayuntamiento tuviera toda la documentación “en
orden” para poder construir sobre esos terrenos, les parecía inapropiado y una
falta de respeto a los muertos y a sus familias, que allí se edificase un
Centro de ocio"…
"Entonces, recordé a la oposición que la decisión había sido tomada de manera
legítima y democrática por la Corporación Municipal, de la que formaban parte,
y que la mayoría de los que la habían refrendado tenían o habían tenido
familiares enterrados en esos mismos terrenos y no compartían eso de la falta
de respeto a los restos de los difuntos, que, en su mayor parte, además, ya
estaban trasladados al camposanto creado en 1880".
"La oposición, que había visto la oportunidad de “armar una buena”, no
solo no bajó el nivel de su protesta, sino que la extendió al pueblo y al clero,
enardeciendo a muchos católicos y sacerdotes en contra de la construcción del
Gran Teatro"…
"Ante las protestas crecientes de una gran parte del vecindario y del
clero local, me pareció conveniente informar al pueblo, mediante Bando, la
decisión que había tomado la Corporación Municipal de construir el Gran Teatro
en los terrenos de la Plaza Virgen de Gracia, en base a la potestad
indubitativa del Ayuntamiento sobre dichos terrenos y la posibilidad de
construir en ellos lo que estimara oportuno, no entendiéndose, además, que un
Centro de Cultura tuviera que ser considerado ofensivo para nadie"…. "Para despejar cualquier duda sobre ese aspecto, y sobre mi firme voluntad
y la de la Corporación Municipal de Manzanares, ordené, a continuación, la
“monda” inmediata de los terrenos, para garantizar así que no quedasen en ellos
restos humanos, y que los que pudieran aparecer se trasladaran el mismo día al
Cementerio Parroquial".
"Mi clara determinación, y la necesidad de mantener la iniciativa en las
actuaciones, me llevó a ordenar el derribo de las tapias del antiguo
cementerio, el día 24 de Febrero de 1910"…
Y aquí acabó el reportero esta crónica, que ya tiene suficiente contenido,
antes de que aparezca el clero, con D. Dimas a la cabeza, a meter baza en la particular
guerra de cementerios de Manzanares, que me está contando el Alcalde Sr. Rubio,
y yo les transfiero a ustedes, encantado, en la prensa escrita….
No hay comentarios:
Publicar un comentario